LIBERADAHola chicos! Soy una mujer casada, de unos 25 años, No una top model, pero los hombres me piropean bastante. Mi esposo es mayor por cinco años. También él es atractivo. Somos un matrimonio nuevo sin hijos y con poca experiencia de vida.Lo que les contaré es algo que nos sucedió para las vacaciones de verano. Arrendamos una cabaña de veraneo al Sur cerca de un lago. Cuando llegamos al lugar las cabañas estaban demasiado juntas. Eso no me gustó mucho.La primera noche fuimos testigo de cómo una pareja de vecinos se comían descaradamente el uno al otro. De complexión como la nuestra aunque un poquito mayores. Durante tres noches seguidas observamos esta conducta lo que nos excitaba y ayudaba a nuestra propia relación. Yo me sentía más sexi y con un calor interno que no conocía. Veía imágenes de la pareja en mi cabeza cuando estaba en pleno acto con mi esposo. Y llegaba a un orgasmo fuerte, casi suplicante.Como al tercer día ya hablábamos con varios de los que estaban en las cabañas, incluso con los de los shows nocturnos. Todos de comportamiento cordial y amable, auque con sus ojos me comían entera. Podía sentir sus ojos intruseando entre mis partes púdicas. Eso me inquietaba de una manera que empezaba a andar mojada casi todo el día.Al día siguiente nos invitaron a reunirnos en una de las cabañas para variar un poco la rutina. Quedamos a las ocho. Y con un OK aceptamos la oferta. Jorge estaba inquieto. Él pensaba que no me daba cuenta a si que le dije que se adelantara yo mientras me daría un baño y me iba a demorar. Terminé y me puse una falda lisa, una blusa y una chalequina para el fresco de la noche. Entre la ducha y vestirme me debo haber tardado una hora.Me fui a la cabaña y al llegar a la puerta me percato que esta abierta así que entro y me dirijo al “living”. Iba distraída con la música y viendo que era un poco más grande que la que arrendábamos. Cuando al frente me encuentro con un revuelto de cuerpos desnudos entrelazando manos bocas y sus sexos. Uno era mi marido… uauh!!! Me quedé estupefacta… totalmente inmóvil. Veía a la tipa con el pene de mi marido en su boca succionándolo mientras que el marido o su pareja le besaba su cosito. Auque los lengüetazos recorrían toda su raya delantera hasta la trasera, con movimientos de cabeza como taladrando cada uno de sus orificios. Al rato se cambiaron de posiciones. Jorge quedó tumbado sobre su espalda y la tipa se ensartó literalmente el pene en su vagina. Ya sus cuerpos mostraban sudor del esfuerzo gastado. Ella sin freno alguno se movía como culebra sobre él. Cada uno me miraba con ojos furtivos buscando algún tipo de reacción de parte mía. Pero nada…. El tipo se puso detrás de ella…. No podía creer lo que estaba por suceder. Apoyó la punta de su pene sobre el rosadito ano de ella. Y presionó un poco… otro… y otro hasta que el esfínter cedió y permitió su penetración. Lentamente se movía detrás de ella buscando acoplarse con el ritmo que llevaban. La estaba sodomizando… yo nunca había tenido una experiencia así… los colores se me subieron… La cara la sentía roja y caliente también mis tetas, tanto que los pezones se me notaron sobre la blusa y pedían a gritos ser liberadas y sobadas para relajarlas. Comencé a sentirme muy lubricada, los jugos mojaban mi thays. Más y más subía mi excitación acompañada de los sonidos de placer de la boca de esa hembra. Ella lo estaba disfrutando a todo dar. Contrario a lo que suponía doloroso.Una mano desconocida recorrió mis piernas magreando mis glúteos y perdiendo sus dedos en mi rajita. Me sobresalté, pero el agarron liberó un orgamos insolente. De mi boca escaparon los jadeos delatándome. El tipo se situó detrás de mi y con hábiles manos me masturbó cada orificio y cada parte erógena que encontró a su disposición. Cuando apretó mis pechos, palpitó fuerte mi jugosa gruta deseando tener algo dentro que la calmará. Sus dedos pronto satisficieron mi deseo…. Ah!! Mis tímidos gemidos se acoplaban al disfrute de esa hembra. El vecino le saco el pene del ano a su mujer y se dirigió hacia mi. Mis ojos entrecerrados capturaban las imágenes de Jorge con la vecina follando placidamente. Contemplarlos me subió más la libido. Comencé a escuchar palabras lasciva que me provocaban más. Ya eran cuatro manos las que se afanaban por darme placer. Mi gruta ya no paraba de enjugarse y como estaba recién bañadita no tardaron en bajar con sus lenguas hasta mis rajitas. El desconocido se comía literalmente mi grutita recorriendo con su lengua desde mi ano hasta mi clítoris, mientras el vecino me mamaba como un bebe que busca su lechita.Entre ambos me cargaron hasta la alfombra de piel frente a la chimenea, cerca de donde estaba la otra pareja me quitaron toda la ropa. Dejaba que me hicieran todas esas cosas mientras con el buen ángulo de observación que tenía no perdía detalle de lo que hacían los otros. El desconocido se situó debajo de mi con su boca en mi papayita y siguió con su procesión. El otro se subió arriba de mi y con su lengua se ocupo de mi ano. Esta siendo follada por un par de lenguas expertas, la sensación es indescriptible. Estaba tan colorada que sentía como que hervía e iba a explotar.La pareja se situó a nuestro lado en la misma posición para tener los detalles cerquita. El vecino vuelve sobre su pareja introduciendo su pene por su ano y con su mano alcanzó mi trasero y hurgaba con sus dedos gordos en mi agujero, presionando más y más hasta que cedió. Intercambiaba jugos desde mi fuente hacia mi esfínter dilatándolo cada vez. Primero con un dedo hasta que introdujo dos. Eso me dolió un poco y me incomodó hasta que se transformó en lujuria. Le pedí al desconocido que girara para introducirme su pene y hecho eso lo cabalgué. La otra pareja nos imitó. Ah! Eso estaba rico!!... El vecino volvió a la carga e introdujo su pija en el culo de su pareja. Esa hembra bramaba de la calentura y yo iba por las mismas. Mientras enculaba a la vecina con sus dedos me daba tratamiento al mío.En un momento el vecino se puso tras de mi y empezó a presionar mi salida posterior. Sólo lo hacia con mis movimientos. Cada vez que yo me asía hacia atrás el intentaba encularme. Eso se volvió un juego para mí y pensé que no lo haría. Pero lo que yo no sabía es que mi anito se dilataba más con cada enviste. Y no me di ni cuenta cuando todo su glande había traspasado la barrera de mi esfínter. Al principio se escuchaba un sonido como cuando uno juega con el dedo en la boca. Luego comencé a sentir que mi recto se llenaba y una sensación de placer me invadió el interior de mi culo. Un cosquilleo fuerte en las paredes de mi vagina provocado por el pene en mi recto anunciaba un orgasmo descomunal. Pero empezó otro juego. él lo saco de mi trasero y rápidamente se lo hundió en el de la vecina. Varias veces lo hizo y cada vez más profundo intensificando mi placer. Entre temblores musculares y el baiben de estos machos me vine como nunca. Pero ninguno de ellos lo hizo. Sin embargo me dejaron respirar porque me faltaba el aire sentía que me incendiaba.Mi esposo se me acercó para relajarme, mientras ellos hicieron rápidamente un nuevo trío repitiendo el procedimiento con aquella mujer. Jorge me besaba entera y yo solo jadeaba. No pude evitar sentirme perra. Menos cuando Jorge bajo a mi gruta usada por otros y se dio un banquete. Su lengua me tenía loca. Me penetraba intercaladamente ambos agujeros. Me puso de varias posiciones y me penetraba como jugando. Su pene no me daba tregua parecía de fierro. La posición que más me gusto, me pone unos cojines en la panza mirando al trío como si se tratara de una película porno. Sentí su pene en mi ano y sus dedos en mi papayita. Fue tierno, me lo introdujo despacio. Sus movimientos fueron gradualmente aumentando y yo descubrí que podía disfrutar analmente activando voluntariamente mi esfínter. Y además agregue movimiento de mis caderas para adelante y para atrás aumentando el placer de ambos. Él llegó al climax con un gemido gruñón lo que me provocó un último orgasmo.Asi nos quedamos pegados un rato mirando como el trío terminaba su faena.
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